Quien tiene un amigo...

Quien tiene un amigo...

Escuché a unos chicos discutir sobre si Batman es más poderoso que Superman, si Superman ganaría en un cuerpo a cuerpo contra Spiderman, y si Spiderman sería capaz de derrotar al Capitán América; pero, entre tantas parejas de superhéroes, en ningún momento plantearon una que enfren­tara a Robin y Batman. Lo entiendo: Robin es un simple muchachito con mucha voluntad, pero poco más, está claro que no tendría nada que hacer. Pero, entonces, ¿qué pinta en el equipo del fantástico caballero oscuro? Batman es uno de los grandes, uno de los mejores, ¿tiene sentido que decida formar tándem con un débil e inmaduro ayudante que en muchas ocasiones le estorba más que le ayuda?

Evidentemente no se trata de una decisión del personaje, sino del autor. Una decisión de lo más acertada, el contrapunto perfecto. El hombre mur­cié­lago es valiente e invencible; a través de él, de su visión, es muy difícil que el lector perciba el grado de peligro en el que se puede encontrar en un momento dado. Vamos a ilustrarlo con dos versiones de una misma escena: en la primera, Batman está sólo; en la segunda, con Robin.

VERSIÓN 1
–Te tengo, Batman. Atado y desarmado, no podrás evitar que te sumerja en esta piscina infestada de tiburones. ¡Te he vencido!
–No me preocupa, Joker, seguro que algo se me ocurre y podré escapar, como siempre.

VERSIÓN 2
–Os tengo, Batman. Atados y desarmados, no podréis evitar acabar en esta piscina infestada de tiburones. ¡Te he vencido!
–Dios mío, Batman. Son tiburones de más de dos metros, ¡pueden partirnos en dos con un solo mordisco! Esta sala no tiene ventanas y la única puerta es de acero y con guardias armados al otro lado ¡Estamos perdidos!
–Tranquilízate, Robin, algo se me ocurrirá para poder escapar y salir de aquí. Joker no se saldrá con la suya.
–¡No sé cómo! Parece imposible, amigo mío.
–Déjame pensar Robin. No será fácil, pero tampoco imposible.

Los personajes “contrapunto” han dado mucho juego en la historia de la literatura: Sancho Panza, Robin, el Dr. Watson… Gracias a ellos, el autor ha expresado ciertos pensamientos, intuiciones o sentimientos que hubié­ramos percibido como poco naturales por boca o acción del protagonista. Una muy interesante técnica a tener en cuenta cuando plantees la trama de tu próxima novela.

4 comentarios :

  1. No me había puesto a pensar en esto. Pero cuánta razón tienes. Asimismo, incluiría aquí al típico antagonista del buenote de la historia. Como Vegeta con Son Goku en Dragon Ball. Muchas veces el protagonista principal necesita su apoyo, en un compañero de su bando o del contrario, para demostrar todo el potencial que tiene como personaje y la historia en sí.

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  2. Es verdad... No es lo mismo sin Robin. Cada personaje es importante, aunque nunca me lo había planteado así :) Como siempre, Jeremy abriéndonos los ojos a lo obvio ♥

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  3. Lo que me ocurre a mí, Jeremy, es que no tengo tan claro ese antagonismo. Creo que en el caso que planteas sí, porque ser el contrapunto de un héroe es fácil, nadie puede ser tan perfecto en situaciones límites. Pero cuando escribo historias de personajes mundanos, todo se me complica. Tengo la sensación de que todos tenemos luces y sombras y no me resulta verosímil la historia del bueno, bueno y el malo, malo. Es curioso, pero en lo último que he escrito, precisamente la esencia está en lo contrario, en hacerle ver al lector que en el fondo todos somos iguales, que hay algo que nos une y lima las diferencias de clases, idiomas o color de la piel: los sentimientos. Pero es verdad que voy a tener que practicar este ejercicio porque la contraposición le da fuerza a la escena.
    Gracias, como siempre, por hacerme pensar.

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  4. ¿Plantear ese antagonismo desde el mismo personaje es posible? ¿Una persona puede ser villano y héroe al mismo tiempo o, por el contrario, asumimos en la vida real roles o arquetipos que nos impiden ser ese protagonista antagónico?

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