Distintos y perfectos


Distintos y perfectos

¿Te gusta Mafalda? A mí me encanta. Creo que Quino, su creador, es un genio. Esos comentarios tan mordazes disfrazados de inocencia infantil dan en el clavo, junto al estilo de las viñetas, perfecto para realzar el mensaje.

Hazme un favor. Mira los cuadros de 18 pintores que encontrarás en este link. El título significa “18 pinturas que no creerás que no sean fotografías”. Son alucinantes. Me encantan. Envidio la habilidad de sus creadores. Los con­sidero genios también.

¿Crees que alguien debería haberle dicho a Quino que dejara de dibujar tiras de Mafalda porque técnicamente ni se aproxima a esos artistas del hiperrealismo? Lo pregunto por si estás escribiendo una novela infantil, juvenil, o sencillamente, una novela de entretenimiento.

3 comentarios :

  1. Tus post dan justo en el clavo también. A veces me pasa (casi siempre en realidad) que pienso que mis novelas no tienen nada de "cultural" o literario, son simplemente novelas para pasar el rato. No soy una Isabel Allende o un Pablo Neruda y, aunque gustan, siempre tengo ese resquemor de saber que mi novela es simplemente un "culebrón" jjejejeje. Pero en realidad con este post, si Quino hubiese dejado de dibujar, no tendríamos a Mafalda. Tal vez mis novelas no sean literarias ni nada de eso, pero entretienen y ese es mi fin :) Gracias ♥

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  2. Si fuese buena en todos y cada uno de los estilos literarios, no sería una escritora, sería una Mary Sue. Lo bueno de esas es que no existen en la vida real, y en la ficción son fácilmente detectables y muy odiables. De momento estoy con una novela que no sé si tildar de juvenil, pero lejos, muy lejos está de las "novelas eróticas" tan de moda hoy en día. Y de las históricas, pero no por eso perderé el sueño.

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  3. Qué gran artículo, Jeremy. Y es que en realidad cuando uno leyó un cuento o una novela juvenil cuando era un chico o adolescente no buscaba leer algo como "Ulises" de James Joyce. Aunque también en mi adolescencia comencé a leer a grandes clásicos como Homero, Kafka y demás. Con trece años me devoré en pocos días el primer "Caballo de Troya" de JJ Benítez y luego a "Tom Sawyer". Tan distintos, pero complementarios a la vez. Con uno lloré y sufrí por ver cómo retrataba el autor la vida de Jesús y con otro soñé en tener aventuras a la ribera del Río Mississipi. Muchas veces como lectores buscamos algo que nos entretenga, al fin y al cabo, y si uno como escritor consigue eso en nuestros lectores, pues se puede decir "tarea cumplida".

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