Cosas que no dirás


Cosas que no dirás

Supongo que tienes una lista de diversas cosas que ocurrirán en tu novela. Puede ser una lista en papel, o en un archivo del PC o puede que tengas suficiente con guardarla en tu memoria. Son esas cosas que irás soltando durante la trama, en alguna escena, en algún capítulo…

¿Has pensado en la otra lista? Me refiero a la lista de las cosas que no dirás. En el mundo real estamos rodeados de datos desconocidos. ¿Sabes en qué trabajaba el padre de tu vecina? Probablemente no, pero es posible, por ejemplo, que ese hecho tuviera algún tipo de influencia en la personalidad de una muchacha con la que te cruzas casi todos los días.

Si quieres que el ambiente parezca real, tienes que saber mucho más de tu mundo imaginario de lo que muestres a tus lectores.

Un ejemplo sería que un personaje secundario, un familiar del protago­nista, es un alcohólico recuperado. Nadie lo menciona, sería poco diplomá­tico, pero nunca hay vino cuando él viene a cenar, y cuando alguien que no le conoce sugiere sacar una botella, se crea una situación incómoda, un momento de silencio seguido por excusas varias.

Si tienes un secreto sin importancia para cada personaje secundario el lector no se dará cuenta, pero sentirá que todo parece muy real.

Mejor que J.K.Rowling

Mejor que J.K.Rowling

Hace un año salió al mercado en inglés, con gran expectacion, “Una Vacante Imprevista”, la novela de adultos de J.K.Rowling. Sin embargo, la edición digital tuvo bastantes problemas. El archivo estaba mal formateado y sólo podías escoger un font demasiado pequeño (imposible de leer sin lupa), o un font enorme. Tuvieron que reemplazar el libro a todos los compradores del primer día. Muchos lectores de Soncritores han publicado ebooks sin sufrir estos problemas.

Y mira, anima mucho el comprobar que un autor independiente es capaz de lanzar su obra al ciberespacio con mucha más gracia que algunas grandes editoriales. Pero es cosa de la tecnología moderna; antes era imposible ni siquiera imaginar algo así. En los tiempos de las ediciones en papel y cartón, o invertías mucho dinero, o no tenías nada que hacer. Una primera edición de 300.000 ejemplares costaba una fortuna, y la distribución ni te cuento. De forma independiente, con mucho esfuerzo, podrías reunir el suficiente vil metal para una tirada de 1.000 ejemplares, y eso reduciendo los costes al máximo… a costa de la calidad, claro. Y ley de Murphy, cuantos menos ejemplares produces, más te cobran por cada libro. Ser pobre sale carísimo.

La era digital ha propiciado que se nivele el campo de juego. El valor que más se utiliza en la preparación de un libro digital es el tiempo. Puedes corregir tu propio libro todas las veces que quieras, puedes contratar a un profesional para una corrección ortotipográfica y de estilo, puedes pasar semanas comprobando que funcione bien en todos los tamaños de font. En resumen, ahora la producción de un libro requiere más mimo que otra cosa. El equivalente de los carísimos papel y tinta de antaño, son la pantalla y sus pixels del lector final.

Ánimo, ponte a escribir algo digno para salir en esas pantallas. Ya no es tan difícil ni tan caro llegar a los lectores.

Es como lo cuentas


Es como lo cuentas

Una situación, por muy seria, peligrosa o polémica que sea, dependiendo de cómo la cuentes, puede resultar muy cómica.

Analicemos este video.



Si lo miramos con ojo crítico: vemos a jóvenes entre el tráfico poniendo su vida en peligro; a policías intentando hacer su trabajo, pero que en lugar de frenar a los patinadores lo único que consiguen es colapsar el tráfico, y que ya en el 1:40, acaban arrestando a una única persona, que resulta ser negra. Viva Nueva York. En fin…

¿Cómo han conseguido que semejante despropósito resulte una historia divertida? Con dos técnicas: (1) velocidad y (2) una referencia cultural.

Si aceleras la acción el efecto visual es gracioso(1). La música también lo es, pero lo que hace que todo el mundo la relacione con la risa y el cachondeo es que se trata de la banda sonora de Benny Hill(2), grabada en nuestra memoria colectiva.

Vamos a probar el siguiente ejercicio. Describe una caída en la cocina. Obviamente, cualquier caída te podría desnucar, pero ni pienses en eso. Imprime velocidad a la acción; una sucesión de frases rápidas: paquetes volcados por doquier, nubes de harina flotando, estornudos, una caja de huevos precipitándose contra la cabeza del accidentado y un toque de ketchup goteando para darle color. Termina, a ser posible, con una referencia cultural de las de: “Acabé pareciendo ???? después de ???” Tendrás que adaptar esta referencia a la idiosincracia de tu país, al género de novela que estés escribiendo y a la edad de tus lectores. Puedes acabar pareciéndote a Mr Bean después de la Cena de navidad, o al Pato Donald después de una visita de Goofy… aunque una fuente inagotable de este tipo de referencias la tienes en los políticos; seas de donde seas, seguro que te vienen unos cuantos a la cabeza.

Sonidos seguidos


Sonidos seguidos

¿Cómo se llama Spiderman? Peter Parker. ¿Y el increíble Hulk? Bruce Banner. En los cuatro fantásticos, (los Fantastic Four) tenemos al matri­monio de Reed Richards y Sue Storm que les ayudan a luchar contra Silver Surfer y Doctor Doom. Aliteración es la repetición de sonidos consonantes que encabezan cada palabra. En español, a diferencia del inglés y del francés, también se considera aliteración la repetición de sonidos vocálicos.

Desde pequeñito has oído y disfrutado de este truco para embellecer el sonido de un conjunto de palabras. ¿Recuerdas?: Bugs Bunny, Micky Mouse, Porky Pig, Pedro Picapiedra, Donald Duck.

Pues puedes pensar perfectamente pausadamente para poner palabras precisas planeadas para probarlo.

Con esa última frase hemos ilustrado la importancia del equilibro; si te pasas, queda ridículo.

Saludos de Soncritores.

Halle Berry

Halle Berry

Estimados lectores de Soncritores,

Me gusta Halle Berry; me parece guapísima y no solo eso (no soy tan superficial), he visto todas sus entrevistas y siempre me ha parecido educada, inteligente y buena persona. ¡Ay!

Dado mi interés por esta maravillosa mujer, le envié una carta propon­iéndole una cita y, si resulta que ella siente lo mismo que yo, matrimonio. Esto era hace 5 semanas y no ha respondido. ¿Qué debo hacer?

Firmado,
Futuro marido de Halle Berry.


¿Ridículo? Claro. Eres un escritor así que este ejercicio mental te resul­tará fácil. Imagina copiar la carta a Word. Ahora haz buscar y reemplazar. Cambia “Halle Berry”, “ella” y “esta maravillosa mujer”, por “Editorial Random House”, y “matrimonio” por “manuscrito”. Sigue siendo ridículo, ¿verdad? A Halle Berry le sobran pretendientes, y a las editoriales les sobran manuscritos.

No te puedo dar un consejo sobre cómo llegar a Halle Berry (y si pudiera tampoco lo haría, que me gusta para mí), pero sobre editoriales sí: Haz una lista de las que te interesan; visita su página web una vez al mes; busca noticias sobre ellas semanalmente. Puede que en algún momento leas “Editorial planeta está buscando novelas sobre hamsters en el espacio” y que tu manuscrito sea justamente eso.

Un ejemplo de lo dicho ocurrió anteayer. La multinacional Angry Robot, que publica ciencia ficción en inglés, ha cambiado su página web. Están pidiendo manuscritos de autores aunque no tengan agente durante un tiempo limitado.

Aquí está la página traducida al castellano por Google

Cambio de horario


Cambio de horario

Esta noche dormimos una hora más.

Espera, espera. No lo he redactado bien; hay lectores de Soncritores que no viven en España. Empiezo otra vez:

Esta noche, los que vivimos en España dormimos una hora más por el cambio de horario.

Espera, espera, todavía no está bien del todo; a muchos lectores de Soncritores les gusta leer artículos de días anteriores y se pueden hacer un lío. Lo intento otra vez:

La noche en que se redactó este post, que era el 26 de Octubre de 2013, se atrasaron los relojes en España, hecho que propició que los que vivimos en dicho país pudiéramos dormir una hora más.

Mucho más correcta ahora, sí, pero de pésimo resultado: una redacción pesada, rígida y nada fresca. Aún le falta trabajo.

Si no tienes estas peleas contigo mismo cada vez que incluyes una refe­rencia local en tu novela, puede ser por dos cosas: O has olvidado que algún día es posible que tu historia se lea en todo el mundo, o estás escribiendo en el género de fantasía. La fantasía tiene esa ventaja, que Narnia está igual de lejos de Madrid, Barcelona, Buenos Aires, Antofagasta o Hong Kong.

De todas formas, que sepas que lo mismo esta noche tienes que atrasar tu reloj, a no ser que vivas en Buenos Aires, Hong Kong…

...o Narnia.

Una trilogía sin planificar


Una trilogía sin planificar

Con ciertos estilos y géneros de novela se obtienen muy buenos resultados de calidad cuando se escriben de forma espontánea, dejando que los personajes y la historia tomen su curso sin saber precisamente dónde acabarán.

Otros proyectos requieren una estructura rígida.

Una trilogía puede necesitar un guión para que el arco de la historia se reparta coherentemente en esos tres tomos. Un ejemplo de los peligros que puede acarrear el no estructurar de antemano lo tenemos no en novela, sino en la primera edición de la Encyclopædia Britannica. Constaba también de tres tomos. Por lo que parece empezaron el trabajo de forma metódica, compilando artículos detallados de cada tema, pero enseguida se les echó el tiempo encima y tuvieron que ir más a saco. Resultado: el primer tomo comprendía de la A a la B; el segundo, de la C a la L, y el tercero de la M a la Z.

Un buen chiste

Un buen chiste

Puede que sea porque leo demasiado, no lo sé, pero el caso es que el otro día tuve que volver al óptico a graduarme la vista. Cuando me senté en la silla y me puso esa enorme montura con multiples lentes intercambi­ables, que por cierto, pesa una barbaridad, se me ocurrió un chistecillo que me pareció la mar de ocurrente. Dije “¿No tenéis una montura un poco menos aparatosa? Es que esta la encuentro un poco grande para mi cara.” Se rió amablemente, pero cuando le pregunté cuántas veces le habían soltado el mismo chascarrillo, me contestó sin perder la sonrisa: “Casi cada persona que entra lo dice.”

¿Por qué te cuento esto? Por si acaso tienes que escribir una carta o email de presentación a una editorial o agente. Eres una persona ocurrente y creativa, lo sé porque has escrito una novela (cosa imposible si no cuentas con la suficiente imaginación). Sin embargo, si se te ocurre algún chistecito para que tu misiva sea más simpática, olvídalo. Quien reciba tu manuscrito lleva muchos años leyendo cartas de presentación, centenares cada semana. Cualquier gracia que se te pueda ocurrir, seguro que ya la ha oído antes.

Tienes un fallo

Tienes un fallo

¿Sabes que tienes un fallo en tu manuscrito? No es nada demasiado serio, ni siquiera importante, pero si lo presentas a una editorial lo detectarán enseguida porque ese fallito de nada lo tienes justo en la primera línea. Hombre, un buen comienzo no es. El editor de turno se dará cuenta de que no conoces las normas básicas de la maquetación y seguirá revisando tu manuscrito con lupa y en guardia. Repito, no es decisivo, pero cada pequeño detalle va sumando, positiva o negativamente, en la impresión que ofreces como autor.

Pero, tranquilidad total, que la cosa tiene fácil solución. Has sangrado todos los párrafos. Todos. Y casi aciertas porque se sangran todos… menos el primero de cada capítulo.

Cuando me lo dijeron, fui corriendo a mi estantería y novela tras novela se me fue confirmando la regla.

¿Cómo es posible que después de tanto leer no me haya dado cuenta de algo tan evidente?

Encadenando palabras


Encadenando palabras

Escribir una novela es poner una palabra detrás de otra, una y otra vez.

Es, al mismo tiempo, increiblemente sencillo y tremendamente difícil.

En primera persona


En primera persona

Ayer fue el día mundial contra el cáncer de mama. Era emocionante ver cómo la gente se volcó en las calles, en los medios de comunicación… ¿viste cuántos lazos rosas? El mensaje cada vez es más alentador: cáncer no es sinónimo de muerte y millones de mujeres lo superan y siguen con sus vidas. Este tipo de enfermedades son duras y trágicas por lo que cualquier atraso en nuestra lucha contra ellas es un sinsentido.

Contado en tercera persona afecta bastante, ¿verdad?

Pero en casos así, la potencia de la primera persona es difícil de superar. Mira este anuncio.

Escribiendo entre líneas


Escribiendo entre líneas

Estás en casa de unos amigos, son pareja desde hace tiempo y les conoces bien. No te dicen que están enfadados, pero lo notas. Y tú, claro, lo pasas fatal. Consiguen transformar cualquier tema de conversación en un litigio. Se huele el odio en ese “me pasas la sal, si no es demasiada molestia”; la crítica destructiva en su “te sienta bien ese vestido, a pesar de tu edad”, y el hastío en el “No, pon el canal que quieras, a mí me da igual”.

Vale, después de una velada tensa y poco agradable, podemos valorar una buena lección de escritura creativa: si tus personajes dialogan con segundas intenciones conseguirás comunicar el doble en el mismo espacio de texto. Y conseguirás un ritmo más agil. Mira este ejemplo:

Con poco ritmo:

—Son unos pantalones preciosos —dijo María, pero era evidente que pensaba otra cosa; es que ella odiaba que su hermana pudiera vestir con esas prendas tan costosas mientras que a ella, en paro desde hacía más de un año, no le llegaba el dinero ni para comer.

¿Qué tal si lo comprimimos?

—Vaya pantalones. Cómo se nota que a ti no te echaron de tu empresa.
—¿Qué has dicho?
—Nada. Tonterías de tu “pobre” hermana.

Uno mas dos = tres o cuatro


Uno mas dos = tres o cuatro

Regla 1: Consulta un diccionario de sinónimos, así no pecarás de utilizar un vocabulario demasiado limitado o repetitivo.

Regla 2: No consultes un diccionario de sinónimos. Puedes tener la tentación de utilizar palabras que no conoces bien y por ende no ponerlas en un contexto adecuado.

Regla 3: Consulta un diccionario de sinónimos pero, sobre todo, para encontrar palabras que ya conocías. Es una gran ayuda para la memoria y una forma de, poco a poco (y con cuidado), ampliar tu vocabulario.

Regla 4: No sigas ninguna regla al pie de la letra. Utiliza el sentido común.

Escritoras

Escritoras


Ayer se falló el premio Planeta. La ganadora ha sido Clara Sánchez y la finalista Ángeles González-Sinde. Nos sorprendió que un prestigioso periódico de nuestro país lo anunciara con el titular: “Doblete femenino en el premio Planeta”. ¿Perdón? Si el año que viene ganan dos hombres, ¿crees que pondrán ‘Doblete Machote en el premio Planeta?’

Vamos a pensar que ha sido un desafortunado lapsus del redactor y que el motivo del titular no se debe a que le resulte novedoso que las mujeres sepan escribir. Esta prueba ya la tenemos superada hace tiempo. Si no, que se lo pregunten al Premio Nobel de literatura de este año, Alice Munro. ¿Será un caso aislado? Sólo lo ha ganado ella y Herta Müller y Doris Lessing y Elfriede Jelinek y Wisława Szymborska y Toni Morrison y Nadine Gordimer y Nelly Sachs y Gabriela Mistral y Pearl S. Buck y Sigrid Undset y Grazia Deledda y Selma Lagerlöf.

No saltes el tiburón


No saltes el tiburón

Ayer estuvimos comentando sobre cómo usan la frase “saltar el tiburón” los críticos y fans de la televisión americana.

Cuando una serie llega a la conclusión de que debe hacer un episodio de esas características no es por que sus guionistas sean malos o estén como una chota. Todo lo contrario. Suelen ser series de calidad, de mucho éxito y, sobre todo, largas, muuuy largas . Y he aquí la causante de llegar al salto del escualo: muchas temporadas pesan y las ideas empiezan a escasear porque los pobres guionistas llevan años jugando con las vidas de los mismos personajes. Pero claro, la cadena de televisión insiste en sacar más episodios porque sus beneficios dependen de sus series de éxito y… pasa lo que pasa: ¡Hale hop!

Esa nos parece la lección número uno. No alargues demasiado tu historia. Si es una novela, no intentes que sea una trilogía. Si es una trilogía, no la estires para convertirla en una saga. No es tan difícil resistir a la tentación: no nos achucha ninguna cadena de televisión para hacer aquello que no nos apetece. Vale, en esto, dejemos el dinero aparte (ejem)

Y la lección número dos es que no debes hacer demasiado caso de las opiniones ajenas. Ayer pusimos bastante mal a dos series: Happy Days y Anatomía de Grey. Ambas filmaron episodios que la crítica tildó de saltos de tiburón, episodios que, en principio eran la prueba palpable del final del éxito y el colapso de la calidad. Sin embargo, en una entrevista reciente, ese mismo actor que aparece esquiando con su rídicula indumentaria (chaqueta de cuero y bañador), comentó que su serie siguió como número uno durante seis años después del fatídico episodio. El episodio musical de Anatomia de Grey fue emitido en la temporada siete, y ya vamos por la diez.

Los consejos, las opiniones y las críticas pueden ser útiles, pero no hay que seguirlos ciegamente. Lo mejor es tomárselos como una ayuda para pensar.

Saltar al tiburón


Saltar al tiburón

Los fans de series de televisión en EE.UU. tienen una frase, “jump the shark” (saltar al tiburón), que utilizan cuando una serie lanza un episodio estrambótico, llamativo y generalmente fruto de la desesperación para intentar recuperar audiencia. Suele indicar que ya han llegado a su pico de interés y de ahora en adelante ya sólo pueden ir perdiendo en calidad e interés.

La frase hace referencia a una antigua serie, “Happy Days”, una comedia juvenil de éxito. Cuando empezó a flojear y perder audiencia realizaron un episodio con una trama ridícula en el que el personaje principal saltaba, haciendo esquí acuático, por encima de un tiburón.



Un ejemplo moderno de “saltar al tiburón” lo encontramos en un episodio de Anatomia de Grey filmado en formato musical de Broadway. Cada minuto es, digamos, peculiar, pero creo que el momento más estrambótico es el del quirófano: unos cirujanos y su víctima (supuestamente inconsciente) cantando durante una cesárea de emergencia.



¿Qué podemos aprender cómo escritores de este fenómeno? Dos cosas importantes. Mañana seguimos.

El premio literario del momento… y no es el Nobel

El premio literario del momento… y no es el Nobel

La gran noticia de esta semana ha sido el premio Nobel de literatura de Alice Munroe. Pero en Soncritores estamos pendientes de otro premio mucho más divertido que nace en la feria del libro de Frankfurt, que termina mañana.

Los ‘premios’ más importantes de Frankfurt son, obviamente, las firmas que se consiguen con las editoriales. Esta semana ‘El Sueco’, de Robert Karjel, ha recibido un adelanto de cerca de un millón de dolares para el mercado angloparlante, una cifra nada despreciable a la que se han sumado cinco firmas con otras n editoriales de otros paises incluyendo Italia y Brasil, una subasta de derechos organizada en Holanda y ofertas de Francia y Alemania. Dentro de un añito, cuando llegue a las librerías, no nos quedará otra que leerla para ver qué tiene esta novela que ha logrado motivar de esta forma a las editoriales… bueno, a las editoriales y a los estudios suecos que filmaron la trilogía Milenium y que acaban de comprar los derechos para llevarla al cine, y a un estudio de Hollywood que planea adaptarla a una serie de televisión.

Visto lo mencionado arriba, esto ha sido lo más espectacular, de acuerdo, peeero el premio divertido al que nos referíamos es el ‘Bookseller/Diagram’ que desde 1978 es otorgado al título más raro de los presentados en la feria. El año pasado ganó el libro ‘Goblinproofing One's Chicken Coop’ que viene a ser algo así como ‘tecnicas para hacer que su gallinero esté a prueba de duendes.’ Nuestro favorito de todos los tiempos es el ganador de 1989 ‘Cómo cagar en el bosque: un enfoque ecologista a un arte en peligro de extinción’, aunque el de 2010 no tenía desperdicio: ‘Cómo llevar una clínica dental al estilo de Genghis Khan.’

Os mantendremos informados sobre el ganador de este año.

¿Siguen de moda los vampiros?


¿Siguen de moda los vampiros?

Si eres lector asiduo y ya nos conoces un poco, te habrás dado cuenta de nuestra pasión por analizarlo todo. Prepárate, igual te la contagiamos. ¡Hemos encontrado una herramienta fascinante! Resulta que Google ha estado digitalizando todas las grandes bibliotecas del mundo y ahora pone a nuestra disposición una página web donde podemos crear gráficos del uso de palabras o frases cortas según año. ¿Es verdad que los vampiros ya están pasados de moda? ¿Se usan más palabrotas ahora que antes? ¿Se escribe más sobre sexo o sobre amor?

La página se llama Google Ngram Viewer. Está en inglés pero es sencilla de usar y permite rastrear sus libros en castellano.


En el fondo...


En el fondo...

Un nivel moderado de ruido potencia la creatividad si lo comparamos con un silencio total o un ruido excesivo. No lo decimos nosotros, lo dicen varios psicólogos expertos en la materia.

Si no te lo crees (y nosotros nos abstenemos de opinar), prueba a entrar en esta página web para escoger el ruido de fondo que prefieras escuchar mientras escribes. Puedes optar por el ambiente de una cafetería (CAFE), o el más natural de la lluvia (RAIN).

Teniendo en cuenta que J.K.Rowling escribió gran parte de su Harry Potter en una cafetería de Edinburgo, lo mismo no es tan mala idea... prueba a ver qué tal. Por lo pronto, nosotros deseamos que el mencionado sonidito te traiga el mismo éxito que a ella; pero para ser sinceros, en lo que más confiamos es en tu habilidad como escritor.

Por favor


Por favor

Gracias al blog hemos aprendido una gran lección: AYUDANDO A OTROS, TE AYUDAS A TI MISMO. Es lo que nos ha ocurrido. En nuestro afán por buscar algo que compartir con vosotros, cada día nos topamos con algo que nos fascina, hasta el punto de conseguir un montón de nuevas ideas para futuras novelas. Y más cosas: hemos logrado detectar decenas de fallos que cometíamos, hemos aprendido originales trucos para evitar “el bloqueo del escritor” y nuestra lista de programas y páginas relacionadas con la escritura no para de crecer.

Para intentar ponernos al día con todo lo que queremos compartir contigo, hoy te regalamos un arma secreta que teníamos guardada para realizar 33 entradas de blog. Es una colección de fotos de los 33 lugares abandonados más bellos del planeta que te susurran desde la pantalla miles de ideas al mismo tiempo. Míralas bien. Recréate en su contemplación el tiempo que necesites. Cada una te puede sugerir una escena, un instante o incluso una trama completa. Son dolorosamente hermosas.

Esperamos que te inspiren las fotos tanto o más que a nosotros. También esperamos que nuestro afán por compartir te inspire a buscar maneras de ser generoso con otros escritores. Es un gesto altruista que, pensando egoístamente, nos conviene.

Más vale tarde que nunca

Más vale tarde que nunca


Con la edad es inevitable que vayamos perdiendo facultades. Nos cansamos más, nos cuesta recordar las cosas, nos empieza a fallar la vista, el oido… Obviamente si eres un escritor famoso puedes seguir escribiendo porque tus más fieles lectores seguro que comprarán tus libros, quieren leerte; tu editorial te animará, quiere ganar dinero. Un caso extremo es el de Terry Pratchett, el autor británico lider en ventas hasta ser destronado por J.K.Rowling. Tiene alzheimer, ya ha perdido la capacidad de escribir a máquina pero sigue dictando nuevas novelas a un ayudante.

Ahora bien, ¿se puede ser demasiado viejo para empezar a escribir? Así, a bote pronto, creíamos que sí, que a una determinada edad ya es dema­siado tarde, pero como no estábamos seguros del todo, iniciamos una exaustiva investigación. De momento nos hemos topado con el fantástico caso de Hilda Lassalette, que acaba de publicar su primera novela y tiene 96 años.

Esto es lo que tenemos de momento: Si tienes 96 años o menos, no eres demasiado mayor para empezar a escribir. Para los mayores de 97… seguiremos investigando.

Un premio a la tenacidad

Un premio a la tenacidad


Hoy cumplimos 100 artículos. Un número redondo, precioso… y como nos gusta celebrarlo todo, pues, ¡fiesta! ¿Sabías que en el Reino Unido la reina envia una tarjeta de felicitación a todos los que cumplen un siglo de vida? En Estados Unidos el presidente hace lo mismo. Es un bonito detalle, especialmente porque el único mérito que has hecho para merecerlo es no morir. Digamos que se trata de un premio a la tenacidad.

Con la crisis es cada vez más difícil publicar. Las editoriales están refu­giándose en la relativa seguridad que les proporcionan los autores que ya han publicado, por lo que algunos escritores noveles se han tirado de cabeza a la autopublicación de sus libros. De todas formas estamos hablando de libros en plural. Las editoriales quieren autores con trayec­toria, con varios libros en la calle; en la autopublicación, si tu novela vende mil en vez de diez mil ejemplares, te queda la opción de publicar diez novelas y que te puedan salir los números. Cada vez me parece más acer­tado el consejo que dio un escritor al que le preguntó: “¿Qué debo hacer mientras espero respuesta de las editoriales?”: “Comienza tu siguiente novela”.

Si una novela de éxito es un regalo, como acertar en la lotería, ¡un verdadero milagro!; una carrera literaria es…un premio a la tenacidad.

Uno de Octubre Rojo

Uno de Octubre Rojo


Érase una vez un joven fascinado por la tecnología militar. Quiso servir en las fuerzas armadas pero su miopía extrema se lo impidió: no apto. Con su vocación primera frustrada, acabó trabajando en el poco trepidante sector de los seguros, así que nuestro amigo decidió ponerle sal a la vida escribiendo novelas en su tiempo libre. Con las editoriales tampoco tuvo mucha suerte, ninguna quería publicarle. Al final consiguió despertar el interés de la editorial de una revista naval, que le dijo que sí, pero si quitaba el exceso de detalles técnicos porque lentificaban la historia. Les hizo caso y suprimió 100 páginas de su manuscrito. Le pagaron un adelanto de 5.000 dolares, lo cual indicaba que esperaban vender 5.000 ejemplares. Cuando llegaron a las 45.000 copias tuvo un golpe de suerte. El presidente de los Estados Unidos mencionó su afición por esa novela en un discurso. Las ventas se dispararon.

La novela acabó vendiendo cinco millones de ejemplares y convirtiéndose en una pelicula que recaudó 200 millones de dólares. La obra se llama “La caza del Octubre rojo” y su autor, Tom Clancy, murió esta semana, el uno de octubre. Hasta la fecha ha vendido cien millones de ejemplares de sus novelas, muchas de las cuales han sido adaptadas al cine, a series de televisión e incluso a videojuegos.

Moraleja: Aunque recibas muchas negativas, sigue. Intenta por todos los medios que tu libro se publique. Nunca sabes quién puede leerlo y recomendarlo.

No pierdas los papeles


No pierdas los papeles

Se han acabado las vacaciones, el calor… el verano nos deja dando paso al otoño: días más cortos y más fríos; empezamos a cerrar ventanas y nos queda nada para encender la chimenea o la calefacción. Y mira, ahora tengo la excusa perfecta para practicar un sistema de baja tecnología que me encanta, escribir en una hoja de papel (a la antigua usanza) todos los conceptos que he decidido incluir en mi nueva novela, todas mis ideas. Las escribo bien espaciadas para poder coger unas tijeras y cortar, así cada idea queda reflejeda en un papelito distinto. Ahora ya puedo pasar horas delante de una mesa grande reordenado los papelitos y volviendo a contar la historia en voz alta en su nuevo orden: cronológico, cronológico inverso, contando la segunda mitad con flashbacks en medio… las posibilidades se me presentan infinitas.

¿Y por qué digo que este ejercicio sólo lo hago cuando empieza el frío? Pues porque me encanta trabajar en la mesa de la cocina, frente a su maravilloso e inspirador ventanal con vistas al bosque; y claro, en verano, con todo abierto…¡adiós papelitos! Lástima que, “Lo que el viento se llevó” ya esté escrita…

Nunca se sabe

Nunca se sabe


Si tienes algo publicado ya está fuera de tu control, nunca sabes dónde puede acabar.

En un estudio de grabación de California una cantautora desconocida estaba ensayando y no acababa de encontrar la letra perfecta para una canción que todos creían podría ser un éxito. Durante un descanso, su productor se acercó a una librería y compró varios libros de poesía.

Uno de esos libros fue publicado cinco años atrás por su propio autor, un estudiante que sólo se pudo permitir una tirada de 500 ejemplares. El poema ‘Fun’ encajaba perfectamente con la melodía. Dos semanas después lograron dar con el autor, y éste les dio permiso para grabar el tema.

Escúchalo, igual lo reconoces. La canción ganó varios grammys, la cantautora fama y dinero, y el autor de la letra dinero y una carrera haciendo lo que ama, escribir.