El arco iris de la lectura

El arco iris de la lectura

Entre 1983 y 2006 los niños de Estados Unidos podían disfrutar de un programa de televisión que animaba a la lectura. “Reading Rainbow” realizaba unas buenas y atractivas dramatizaciones de los primeros capítulos de novelas juveniles; cuando tenía al público entregado, les decía que para saber el resto de la aventura, sólo tenían que leer el libro.

Hace un par de meses el ex-presentador de la serie hizo un intento de financiar la vuelta de ese programa, tan querido por toda una generación de norteamericanos. Ahora esos fans son adultos y gracias a “Reading Rainbow” aman la lectura; puede que incluso consideren que parte de su éxito en la vida se deba a ese hecho. ¿Estarían dispuestos a donar dinero para que una nueva generación recibiera esa misma ayuda?

Se propusieron un ambicioso proyecto en Kickstarter, una página web de micro mecenazgo. La meta era conseguir nada menos que un millón de dólares en 30 días. Si no llegaban al millón, se cancelaría todo.

En 12 horas pasaron del millón.

Viendo la fantástica respuesta, se pusieron una nueva meta: CINCO millones. Poco a poco iba subiendo la cifra . Actores de Star Trek, Veronica Mars, y otras series de éxito se ofrecieron para hacer lecturas públicas de libros en colegios y bibliotecas a cambio de contribuciones. Cuando se acercaban ya a los cuatro millones donados, Seth McFarlane (creador de la serie animada Padre de Familia) se ofreció para igualar todas las dona­ciones dadas hasta un máximo de un millón.

La campaña se cerró con $5.408.906 que, junto con la contribución de Seth McFarlane, llegó a casi seis millones y medio. Con ese dinero podrán dar acceso gratuito a la nueva serie a miles de colegios de barrios marginales.

El hecho de que un record de 105.000 personas contribuyeran demuestra que sigue habiendo personas que aprecian la lectura, que aman los libros, que estarán encantadas de leer tu novela. Pero pongamos un poco de contexto. La vuelta de Reading Rainbow es una historia de esperanza para la lectura y los libros, pero en un país tan grande como Estados Unidos por cada persona que sí contribuyó, hay más que tres mil que no lo hicieron.

Puede que en tu familia y entorno haya docenas de personas que ignoran tus esfuerzos por publicar. Da igual. Estás escribiendo para esa pequeña minoría especial que, sumados, forman los centenares de miles de personas que devoran un buen libro.

2 comentarios :

  1. Lástima que aquí no haya iniciativas de ese tipo, o por lo menos un interés más generalizado.

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