Un detalle extra


Un detalle extra

Siempre se puede conseguir un poco más.

Has creado una historia. Es buena, pero podría ser mejor. Siempre puede ser mejor.

Como ejemplo te muestro una historia real. En este vídeo, que fue viral en 2011, un niño gordito aguanta como puede que otro niño le pegue. La humillación va más allá de la paliza: le están grabando, están animando al agresor. El ensañamiento es claro, atroz, pero al final la víctima se harta y... mejor que lo veas tú mismo.



Finalmente el matón, cobarde y ruin, bebe de su propia medicina. Una humillación pública que no olvidará.

Cuando lo vi me pareció que nada podría encapsular mejor la rabia que me provoca ese tipo de injusticia y la alegría de ver que, por una vez, los malos reciben su merecido. Me equivoqué. Siempre hay algún detalle extra que puede aumentar el impacto emocional de un relato. Hace poco vi un documental sobre el niño que finalmente se defendió. Mostraron de nuevo el vídeo de la agresión que ya has visto pero añadiendo un dato que desconocía cuando lo vi por primera vez: el primo de este chico, debido al bullying, se había suicidado. Mis emociones se multiplicaron por cien.